Escudriñando
el horizonte de montañas que rodeaban su finca, el Señor sentenció:
-Crearemos
un grupo de ocupación.
El
consejero no estaba seguro de qué entendía el Señor por Grupo de
Ocupación. ¿Paramilitares? ¿Grupos guerrilleros? ¿Guardias
blancas? Antes de que pudiera formarse una idea propia, el Señor le
aclaró:
-Crearemos
la figura del Guardia Comunitaria. Aprovecharemos el hartazgo de la
población para armar grupos que actúen en defensa de sus bienes y
su integridad. Más adelante, cuando la opinión pública solicite la
intervención del gobierno, enviaremos a nuestras tropas.
El
consejero buscó un espacio privado dentro del restaurante para
hablar con libertad.
-Entiendo,
Señor. Pero le recuerdo que el estado quedó como feudo del ex
presidente. El pacto fue: te quedas con Michoacán, pero no te metes
en nuestros negocios ni con nuestras decisiones.
Acariciando
con la mirada a Max, su pastor alemán, que se alejaba hasta perderse
en su bosque privado, el Señor espetó:
-Exacto,
ése fue el pacto y él lo rompió al entrometerse en asuntos que ya no le competen. Por eso le vamos a arrebatar el
feudo: para que le quede claro de quién es este país.
-¿Ya
consideró el factor opinión pública?
-Por
supuesto. Y no hay problema: los líderes de opinión ya saben lo que
tienen que repetir.
-¿Y
las repercusiones para el gobierno?
-Son
mínimas. El dramatismo de ver civiles armados (hay que armar a
personas de la tercera edad, mujeres, niños y profesionistas)
provocará que se exija de inmediato la intervención del gobierno.
Allí es cuando entraremos. Ocuparemos el estado y arrebataremos el
feudo.
-En
el extranjero pueden pensar que vivimos una guerra civil...
-Es
probable, pero difundiremos propaganda sobre las reformas
estructurales, principalmente la energética. Quizá sea necesario
comprar un reportaje amplio en algún medio.
-¿Qué
tal el Time?
-Perfecto.
Asegúrate de comprar también la portada. Quiero que aparezca una
foto del presidente con la leyenda “Salvando a México”.
-Jajaja...
Perdón, Señor. Me queda claro. ¿Cuándo quiere que comencemos la
operación?
-Ahora
mismo.
-A
la orden.
El
Señor cortó la comunicación. Hasta sus pies llegó Max, con algo
trabado en el hocico. Al palparlo, el Señor se manchó de sangre,
pues el pastor alemán había cazado una ardilla o un conejo. Tal vez
una rata de campo. La sangre sobre la mano le provocó al Señor una erección
que estorbó a medias su camino de regreso a la finca.
por
Jaime Magdaleno.
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