Fumo para no decir nada,
porque amo el silencio y amo el tabaco,
porque tengo asco de las palabras vagas y
del humo incierto,
porque me repugna el concepto exacto y el
aire sin huecos,
porque no soporto los choros del extraño y
el extraño aliento,
prefiero oír tus cuentos y oler sólo el
silencio.
Mis palabras sólo dicen la dirección del
humo del tabaco,
sólo él es insonoro, sólo él huele a
silencio…
Lo huelo porque lo conozco,
lo fumo porque me arrepiento,
lo escucho porque estoy sola,
lo digo sin que me oigan,
y así evito crear un humo que no me toca.
por Mariana Velasco
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