La mayoría de
las personas interesadas por el arte en México está enterada, a estas alturas,
del “caso Avelina Lésper”. Ahora que, si por alguna razón usted no, le
recomendamos leer esta breve nota:
Mientras tanto,
nosotros nos permitimos expresar:
¿Qué pensamos
sobre el pastelazo a Avelina Lésper? Que está jodido que se tenga que defender
una postura estética sobre el graffiti a partir de “actos artísticos de protesta” que impliquen
violencia y humillación hacia el que piensa distinto. Independientemente de que
la postura de Lésper con relación al graffiti nos parezca conservadora, además
de reaccionaria, y que, por lo tanto, no estemos de acuerdo con sus argumentos,
nos parece deleznable que se tenga que combatir esa postura con agresiones
físicas y exhibiciones de su vulnerabilidad que, al final del día y paradójicamente,
terminan por avalar el discurso reaccionario y conservador de Lésper. Que quede
claro: el discurso de Lésper nos parece conservador pues implica un
reduccionismo purista-esencialista del acto estético, que no mira en el
graffiti:
a) una actividad
situada de crítica a la hegemonía política-artística-social. Con el adjetivo
“situada” se debe entender que la crítica de la que es portadora el graffiti
debe ser valorada a partir de los contextos en los que se despliega el
discurso: tal vez un tag en el patio de nuestra casa valga, en efecto, poco;
aunque un graffiti pintado en muros de (o adyacentes a) instituciones o centros
de poder puede ser un portador de sentido contestatario y crítico.
b) una
disciplina con una técnica particular, relativamente alejada de las técnicas
del arte académico, que requiere destrezas particulares que dudamos pueda poner
en práctica cualquiera (por ejemplo, la propia Avelina Lésper).
c) un evento
colectivo y no necesariamente individual de ejecución artística. El graffiti,
como suma de destrezas, pone en jaque la idea de un autor individual y le restituye al arte la condición colectiva de toda creación, algo tan
necesario en esta era de hipertrofia del yo.
d) una (re)apropiación
del espacio público, privatizado por el capital inmobiliario. Esta apropiación
es mejor o peor valorada de acuerdo al contexto; es decir; no podemos
convalidar un graffiti que vandalice otra pieza artística (por ejemplo, un
edificio histórico) y dudamos del valor que tenga un graffiti en la pared de
nuestro patio trasero, aunque es posible que una intervención en muros de
sitios apropiados por el capital inmobiliario (vía “gentrificación” o por
expulsión de moradores originarios, por ejemplo) sea un acto de (re)apropiación
de ese espacio que el capital quiere para sí.
Por otro lado,
el discurso de Avelina Lésper es reaccionario puesto que:
a) parece atrincherarse
en teorías esencialistas del arte, según las cuales la pintura posee una historia, un canon y un devenir únicos, que necesariamente desemboca en la
pintura de caballete.
b) no toma en
cuenta el dinamismo cultural de sociedades que continuamente exploran formas
simbólicas de expresar sus necesidades estéticas y, lo más grave:
c) parece añorar
tiempos dictatoriales en los cuales alguna Autoridad (por ejemplo, la que
quiere adjudicarse la propia Lésper) dictaba lo que era arte y lo que no. Criterio
a partir del cual se puede (¡y se debe!, según Lésper) hacer uso de la
represión estética e incluso ¡policiaca! que inhiba toda práctica contraria al
canon esencialista-purista.
Así las cosas,
el discurso de Lésper se desmonta con argumentos y no con pastelazos
“justificados” en “actos artísticos de protesta”. Por lo mismo, desde El Perro
de Diógenes y “Escorial” le mandamos un abrazo solidario a Avelina Lésper y le recitamos
la frase de ocasión, que no por ello es menos pertinente: “Podré no estar de
acuerdo con lo que dices, pero defenderé (como un perro) tu derecho a decirlo”.
por Jaime
Magdaleno (parece contradictorio que el texto esté escrito en plural y que, al
final, aparezca un nombre: aclaramos: escribimos el nombre dado que a Avelina Lésper
le incomoda el anonimato; así pues, el nombre queda anotado por si fuera
necesario “situar” al autor. Vale).
No hay comentarios:
Publicar un comentario