Mira en un
espejo toda la mierda. La pared entera es un reflejo.
Su cobardía se
asienta en el cuello, hay marcas casi imperceptibles de sus manos
estrangulando su salame.
Desnudo
(ingenuo). Observa una piel intacta, pasada de moda, vieja. A pesar
del espejo, enorme, no reconoce el lugar.
En su cuerpo
brillan lunas alargadas que inquietarían a cualquier dermatólogo:
oscuras, nebulosas, profundas lunas cuitadas: angustiosas, y tristes.
Esos lunares
son menos marcados cuando la raza y el sol han combinado tonos, toda
la marea de tostados en sus brazos y en ese órgano que se extiende
envolviéndolo...
La pregunta
frente al espejo es, quién me envolvió en esta bolsa obscura, e
hizo con estrategia marcas para permitirme respirar, vagamente.
Quién. Pensando que creería en la libertad (de mi familia, de mi
grupo), cuando la represión está del otro lado del espejo, en ese
sol que quema pero no ilumina.
Su inconsciente
es pasivo, quieto, apático. La inactividad lo ha vuelto obeso,
escrupuloso, pulcro en exceso. Se ve el rebote del firmamento que
llena su cintura escurrida, flácida y estriada como la zanja de una
periferia infinita. Claro, en el espejo lo neutro, la deuda y la
paciencia desenfrenadas, doradas por el sol, aquel sol quemante.
Todo es claro
para el ingenuo. Él cree que con ese accesorio exuberante y su risa
impensable lograba justificar, el tiempo.
Destrozo de la
vida de 43. 000 000 mexicanos.
El tiempo no lo
cura todo.
Otro corte de
tajo, en la imagen del segmento.
Y, ahora, se
dice a sí mismo: ...este evento majestuoso no es un fragmento... es
una línea que atraviesa…
Es la noticia
del día, es el tiempo de cobre, una lata vacía. Filosofía del
aire, el confort, un lujo aparente. Se desahoga sintiendo cómo se
hunde en la mierda, mojada, espesa, cada vez más sólida.
En el fondo, ésta es la enajenante marca que sitúa, que insiste, ahora, con que
el psicópata se creó por degeneración de los padres, perversas
influencias en la infancia, por el trato inmediato, todo culpa de la
propia raza: del poder de la herencia en todas sus facetas.
Falso.
Hace un tiempo
habíamos intentado creer en otras realidades...
La lucha.
El niño
violado no sobrevive para vulnerar a otros, no se vuelve psicopatía.
Aquí no se
queman los cadáveres para ocultar evidencias. Los nombres no son
representativos. Las palabras, las denuncias, el sentido se olvida.
La memoria.
Y aún así se
sigue re-clamando que el tiempo cura todo. Sólo es cura del
autoritario, de los políticos, porque el tiempo logra enterrar la
búsqueda, rendirse, someterse, olvidar el por qué se había estado
llorando por años...
Este asesino
tiene un duelo, recapitula y se pregunta: “…quemarán a la
bruja...". Cómo llegué aquí. Alguien más tendrá que
enjuiciarme mientras yo detecto y rezo “hay una falla en La
(matrix). Contra la humanidad. Sujeto lesionado o ser inanimado,
inhumano”.
Ella, quien
observa, trae la misma ropa puesta desde hace una semana. Nadie se ha
dado cuenta. Será que todos traen la misma ropa (rip) puesta desde
hace días...
La falsa
colectividad que legitima el aislamiento. La usanza del sin nombre.
Hábito o estilo.
por #mierda
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