5.10.12

Una marrana salvaje, salvaje y occidental

Una exposición, o más bien, un retroceso inexorable a la bestialidad y al animalismo es lo que retrata Marie Darrieussecq en Marranadas. Obra que nos muestra a una mujer; servidora sexual que reduce su cuerpo a un trozo de carne fácil de penetrar, sodomizar, usar y desechar, y que gradualmente se desdobla para transformarse en su “otro” yo: una marrana despreciable y nauseabunda. Es esta marrana la que habla por la raza humana, y con un discurso “ingenuo” nos comparte su metamorfosis, -una muchísimo más cruel y repugnante que la del mismísimo Gregorio Samsa- ocasionada por una serie de situaciones, tales como: la obsesión desmedida por mantener la belleza y la juventud, que enriquece a los amos de la industria de la belleza artificial, y la degradación del ser que satisface las perversiones de todo aquél que cuenta con el dinero y el poder suficientes para utilizar un cuerpo.
Mientras te encuentras inmerso en la depravación y en la saturación de los sentidos: mirando, oliendo y degustando a partir de la marrana, la “otredad” femenina de la protagonista vuelve al momento de leer y comer libros. He allí el catalizador de la historia. La literatura aparece como el vehículo para “recobrar” la humanidad, así como la posibilidad de verbalizar cualquier experiencia, incluso las bestiales. La narradora nos muestra que sólo a través de la literatura es posible rescatar un poco de dignidad. Sin embargo, la fatalidad se impone, por lo que es inevitable cuestionarse, después de leer las últimas líneas de Marranadas, si acaso nosotros, “la perfecta y superior raza humana”, no hemos sido, desde siempre, animales salvajes, cerdos repulsivos o bacterias implacables, que todo lo han destruido y aniquilado. No necesitas más que mirar a tu alrededor y oler, tocar y mirar para sentir que todo es fétido, repulsivo, lastima, asfixia… y está perdido.


por Claudia Montes de Oca Iglesias
 


Marie Darrieussecq. Marranadas. Barcelona, Anagrama, 1997.

No hay comentarios:

Publicar un comentario