30.4.18

Enrique Krauze: proyecciones discursivas del Mesías Liberal.

Fiel a la tradición de la intelectualidad mexicana de publicar libros en el contexto de una elección presidencial, Enrique Krauze entrega en 2018 El pueblo soy yo: conjunto de ensayos en los que diserta sobre la demagogia, el populismo y el fascismo, tanto en América Latina como en Estados Unidos. A propósito de esa publicación, en el más reciente número del suplemento cultural “Laberinto”, del diario Milenio, José Luis Martínez S., lo entrevista y da hilo, coba u ocasión para que Krauze hable y se extienda sobre una de sus obsesiones de los últimos tiempos: Andrés Manuel López Obrador, a quien en 2006 adjudicó el epíteto de “Mesías Tropical”, y en quien encuentra ahora una “santa ira […] riesgosa para el funcionamiento de una democracia liberal”. Ahora bien: en el encabezado de la entrevista [a su disposición aquí: https://sclaberinto.blogspot.mx/p/enrique-krauze-mexico-requiere-de.html], podemos leer una contradicción de Enrique Krauze quien, según sus palabras, escribe El pueblo soy yo “para que el ciudadano norme su criterio” aunque, no obstante, “reitera su vocación democrática” y “alerta contra los peligros de la demagogia”. Es decir: el encabezado de la entrevista da cuenta de la pretensión de Krauze de normar criterios o dictar normas de conducta para “antes, durante, y después de las elecciones” del 2018 pero, por otro lado, muestra a un Krauze preocupado por la libertad de juicio y la libertad de crítica de los ciudadanos. De tal forma, el encabezado nos lleva a reflexionar si, al advertir sobre la demagogia y el populismo, Krauze mismo no nos está dando qué pensar sobre su propia demagogia y populismo, que intenta normar el criterio de los ciudadanos “antes, durante y después de las elecciones”, a pesar de la “vocación democrática” que afirma tener. Si esto último es cierto, Enrique Krauze practicaría el curioso arte de proyectar sobre otros las propias intenciones, adjetivándolas con frases y palabras extraídas del fervor religioso, el cual pretendería ridiculizar sin darse cuenta de que su práctica “crítica” se parece mucho a aquello que adjetiva. Tal es la tesis que se propone sondear este breve texto, tomando como referencia la entrevista realizada por José Luis Martínez S.

En el cuerpo de la entrevista, Martínez S., suelta desde la primera pregunta a la bestia de caza de Krauze: el “tigre” AMLO:  “En uno de los textos de El pueblo soy yo, usted escribe: “AMLO no es un populista más, es un populista nimbado de santa ira”, y Krauze se lanza a la caza del tigre, aunque antes de ello le parece importante mostrar la pertinencia de su armamento-argumento: “Cada palabra (del ensayo “México, en la antesala del populismo”) está justificada”. Como puede verse, antes de tirar a matar, Krauze, fiel creyente de la religión del libre pensamiento, reza el salmo de la justificación epistémica para afirmar la imparcialidad de su ataque, así como la objetividad de su crítica meditada sobre su obsesión-objeto de estudio: AMLO. Más adelante, afirma Krauze: “En López Obrador percibo siempre un aliento religioso. Pienso que López Obrador reencarna una figura redentora, como lo fueron Evita Perón o el Che Guevara en su momento”. Es extraño que alguien que intenta ser el guía cívico de la sociedad para “antes, durante y después de las elecciones” califique de “figura redentora” a otro, pues desde mi lectura, Enrique Krauze se identifica a sí mismo como “figura redentora”, sólo que ésta de “los peligros del populismo”. Es en ese sentido que me parece claro que, en su discurso, Enrique Krauze realiza proyecciones de su propia misión como Profeta del Libre Pensamiento, adjudicándole a otros las actitudes mesiánicas que él mismo pretende encarnar como Ángel Guardián de la Crítica o Mesías Liberal.

Ahora bien, practicando la fundamentación argumentativa, o justificación epistémica de las “palabras” que solicita Krauze, justifico los epítetos Ángel Guardián de la Crítica, Profeta del Libre Pensamiento y Mesías Liberal, con la anécdota que el mismo Krauze refiere sobre Robert Silvers, editor de la revista New York Review of Books:

Lo que te puedo decir es que Octavio Paz dijo que si la izquierda mexicana y latinoamericana no enfrenta el inmenso fracaso de la revolución cubana y no sabe ver con objetividad lo que era Cuba antes de (Fidel) Castro y en lo que se volvió Cuba durante su régimen, dejando a un lado toda la mitología, viendo claramente cómo era la educación, la salud antes de la revolución, si no sabe ver además que por más que habiendo sido detestable (Fulgencio) Batista y justificada su deposición, no saber ver que Castro acumuló un poder que sigue post mortem, esa izquierda nunca será democrática. Guiado por ese mensaje escribí ese ensayo (“Cuba: la profecía y la realidad”), que me pidió el célebre editor de la revista New York Review of Books, Robert Silvers, quien murió hace poco (el 20 de marzo de 2017), que había sido un entusiasta partidario de la revolución cubana, como tantos otros, pero que se fue desencantando poco a poco. En sus últimos años, Silvers hizo un balance y coincidió con Paz en que aunque Estados Unidos tenía una gran responsabilidad en la tragedia cubana, de esa utopía fallida la mayor era de los hermanos (Fidel y Raúl) Castro. En las conversaciones que tuvimos un día me encargó ese texto, como un acto de coherencia moral, de decir: “Voy a darle cabida a un crítico, porque pienso que tiene razón”. [Las negritas y las cursivas son mías].

En la cita anterior, podemos vislumbrar la proyección mesiánica-profética de Krauze, quien en Octavio Paz tiene un Dios Padre que le habla (“Octavio Paz dijo”) y en cuyo verbo fundamenta palabra y acción (“Guiado por ese mensaje escribí”), creando textos que son repeticiones o actualizaciones del dogma paciano disfrazado en razones (“porque pienso que tiene razón”). Lo curioso es que esta actitud mesiánica-profética de Krauze es la que le adjudica a los adversarios, de ahí que el ensayo del que habla, “Cuba, la profecía y la realidad”, lleve como título la referencia religiosa. Por lo anterior, considero que en el discurso de Krauze subyace un estrato religioso por medio del cual pretende describir y criticar los actos de otros, aunque ese mismo estrato guía su acción y su palabra. Por lo mismo, pienso que no es exagerado llamar a Enrique Krauze Ángel Guardián de la Crítica, Profeta del Libre Pensamiento o Mesías Liberal.

Por último, me parece que las proyecciones discursivas de Krauze deberían ser objeto de un análisis meditado, profundo, pues al llamar la atención sobre los peligros que entrañan tanto el populismo como la demagogia y el fascismo, es probable que debamos reparar en la evidente auto referencialidad que tienen los discursos cargados de “santa ira” de ese Profeta del Libre Pensamiento llamado Enrique Krauze.

por Jaime Magdaleno


No hay comentarios:

Publicar un comentario